A menudo nos fijamos en lo que un niño se lleva al llegar a nuestro mundo, en lugar de en lo que aporta. A menudo, eso también se refleja en lo que nuestros hijos perciben como verdad. Cuando realmente vemos a un nuevo hijo como un regalo para nuestro hogar, esa emoción y alegría influyen en cómo nos comunicamos sobre la llegada del nuevo bebé. En lugar de intentar ayudar proactivamente a nuestro hijo a "adaptarse" a compartir habitación, ¡le informamos con entusiasmo que tendrá un nuevo bebé! ¡Qué divertido es tener a alguien con quien compartir recuerdos a la hora de dormir y pasar la noche juntos!