10 consejos basados ​​en evidencia para desarrollar resiliencia en los niños

10 consejos basados ​​en evidencia para desarrollar resiliencia en los niños

10 consejos basados ​​en evidencia para desarrollar resiliencia en los niños

Basándonos en nuestra experiencia como investigadores en desarrollo infantil y como padres, y aprovechando décadas de investigación sobre la adversidad y la resiliencia , recomendamos 10 acciones que los padres pueden tomar para romper los ciclos de adversidad y ayudarse a sí mismos y a sus hijos a ser más resilientes.

Nuestros 10 consejos para desarrollar resiliencia en los niños incluyen:

  1. Cuídate
  2. Afrontar el pasado
  3. Aprende a controlar tus emociones y sé un coach emocional
  4. Cultiva las relaciones de tus hijos
  5. Sea voluntario en la comunidad con su hijo
  6. Establecer rituales y rutinas
  7. Date cuenta de que a veces los padres necesitan tomar el control
  8. Tener conversaciones
  9. Apoyar las experiencias protectoras y compensatorias (PACEs)
  10. Adapte su crianza a medida que los niños crecen

Veamos estos 10 consejos con más detalle.

1. Cuídate

Es difícil ser un buen padre o madre cuando no se satisfacen las necesidades básicas de los adultos. Sobre todo cuando los niños son pequeños, es especialmente difícil para los padres satisfacer sus propias necesidades. Si bien puede ser tentador para los adultos dedicar toda su energía a la crianza, hacerlo afecta negativamente a la familia a largo plazo.

Consejos:

  • Busca maneras de dormir lo suficiente, tómate tiempo para ti y pide ayuda a los demás. Este enfoque de equipo para la crianza es beneficioso para todos, ya que tanto adultos como niños prosperan cuando tienen una red social más amplia y más personas en sus vidas que se preocupan por ellos.
  • Considera unirte a un grupo de padres o crear oportunidades para participar en actividades que te renueven la energía. Estos compromisos pueden ayudarte a priorizar tu salud y bienestar.

2. Afrontar el pasado

La mayoría de las personas tienden a criar a sus hijos de la misma manera que fueron criados. Cuando las personas están estresadas, son aún más propensas a caer en patrones familiares, incluso cuando saben que podrían no ser los mejores.

Es difícil ser un buen padre cuando no se satisfacen las necesidades básicas de los adultos.

Los padres pueden trabajar para romper el ciclo intergeneracional de adversidad reconociendo y abordando sus ACE.

El primer paso es reconocer cómo sus formas actuales de afrontar la adversidad y el estrés se relacionan con sus experiencias infantiles. La mayoría de los niños aprendieron a sobrevivir usando estrategias que quizá ya no les sean útiles.

Por ejemplo, aislarse de los demás puede haber sido una actitud adaptativa en la infancia y la adolescencia, pero buscar apoyo y aprender a confiar son importantes en las relaciones adultas y en la crianza de los hijos.

Consejos:

  • Diario sobre los cambios que quieres realizar.
  • Habla con tu pareja o amigos sobre tu pasado y cómo quieres que las cosas sean diferentes en tu familia.
  • Considere buscar ayuda profesional de un proveedor de salud mental calificado.

3. Aprende a controlar tus emociones y sé un coach emocional

Meditar con tu hijo es un método eficaz para mejorar el control emocional y, por lo tanto, la resiliencia. Foto de Monstera Production en Pexels.

Es difícil ser el adulto en la habitación cuando te abruman los sentimientos negativos. Las situaciones actuales pueden despertar sentimientos del pasado que impiden a los adultos pensar con claridad o reaccionar con calma. Cuando un padre no puede evitar que su bebé llore o hablar con calma con su hijo adolescente sobre la fiesta a la que fueron anoche, puede generar sentimientos de fracaso.

La mayoría de los padres se enfrentan a situaciones que los abruman, y aprender a afrontar esas situaciones de manera saludable es importante tanto para la salud como para la crianza de los hijos.

Consejos:

  • Investigue estrategias como la atención plena, la respiración profunda y simplemente ser consciente de sus sentimientos y de dónde provienen para ayudar a mantener la calma durante las dificultades emocionales que acompañan naturalmente a la crianza. Cuando los padres mantienen la calma, los niños se sienten seguros y son menos propensos a verse abrumados por sentimientos negativos.
  • Actúe como un coach emocional, enseñando a sus hijos a gestionar emociones intensas. El coaching emocional implica identificar las emociones de los niños sin reaccionar exageradamente, ayudarlos a comprender lo que esos sentimientos pueden indicar y a resolver problemas para manejarlos juntos sin angustiarse demasiado.

4. Cultiva las relaciones de tus hijos

Tener relaciones de apoyo es uno de los mejores indicadores de resiliencia. Esto comienza con el amor incondicional de un padre, haciéndole saber al niño que es amado pase lo que pase, y que el amor y la aceptación no se basan en el rendimiento ni en las expectativas.

Esto puede ser un desafío, especialmente cuando se cría a un adolescente, pero los padres pueden desaprobar ciertos comportamientos y tener reglas claras y, al mismo tiempo, brindar apoyo y amor.

Consejo:

  • Fomente las amistades y las relaciones de sus hijos con otros adultos confiables, como entrenadores, maestros y mentores.

5. Sea voluntario en la comunidad con su hijo

Los niños aprenden empatía y a tomar perspectiva al ayudar a personas fuera de su familia. Ofrecerse como voluntarios y ayudar a la comunidad en familia puede ser una experiencia enriquecedora. Los niños aprenden la importancia de ayudar a los demás y ven virtudes como la amabilidad y la generosidad en acción.

Consejo:

  • Considere ser voluntario en un albergue local para personas sin hogar o un comedor social, recolectar alimentos enlatados para un banco de alimentos comunitario o ayudar a limpiar un parque del vecindario o a plantar un huerto comunitario. Estas experiencias también exponen a los niños a otros adultos cariñosos, brindándoles ejemplos a seguir fuera del hogar.

6. Establecer rituales y rutinas

Los niños prosperan cuando su mundo es predecible y no caótico. Simplemente mantener una rutina diaria puede marcar una gran diferencia en una familia. Cuando los niños saben qué esperar, se reduce su estrés.

Para los niños más pequeños, las rutinas para dormir son clave para un buen descanso. Cuando los niños se acuestan temprano, los padres tienen tiempo para sí mismos. Leer cuentos antes de dormir es un gran ritual que beneficia el aprendizaje infantil y que todos pueden disfrutar.

Leer como parte de la rutina para dormir. Foto de Pavel Danilyuk en Pexels

A medida que los niños crecen, las reglas y los límites claros les ayudan a aprender comportamientos aceptables y cómo llevarse bien con los demás.

Los rituales también son importantes, no solo en días festivos, sino también para establecer prioridades y crear una identidad familiar. Las comidas familiares compartidas pueden ser especialmente valiosas.

Consejos:

  • Puede ser difícil empezar una rutina, pero reunirse en familia y hacer planes juntos es una buena manera de que todos participen. Anoten rutinas diarias en familia y acuerden juntos las reglas y las consecuencias.
  • Puede ser difícil encontrar tiempo para las comidas familiares en medio de vidas tan ocupadas. Intente comprometerse a aumentar el número de veces que se reúnen en familia para cenar (o desayunar) cada semana.

7. Date cuenta de que a veces los padres necesitan tomar el control.

La idea de la crianza con amabilidad , también llamada crianza sin castigo, se ha popularizado recientemente y tiene muchos aspectos positivos. Sin embargo, a veces los padres necesitan tener el control y ser más firmes que amables.

Décadas de investigación han demostrado que una crianza excesivamente permisiva puede conducir a problemas de conducta en los niños a largo plazo.

Proponemos un enfoque de crianza que equilibre la necesidad de control parental con la necesidad de independencia de los niños. Este equilibrio cambia a medida que los niños crecen. Puede ser agotador y difícil ser siempre el adulto y no ceder a los deseos y exigencias de los niños. Pero los niños necesitan poder contar con sus padres para tomar decisiones importantes y mantenerlos seguros.

Consejos:

  • No evites la disciplina no severa cuando sea necesario.
  • En cientos de estudios sobre crianza y desarrollo infantil, se ha demostrado que las consecuencias naturales (que ocurren naturalmente) y lógicas (impuestas por los padres) son estrategias eficaces de disciplina. Por ejemplo, si un niño olvida preparar su almuerzo, una consecuencia natural es que tenga hambre. Si los niños se pelean por qué ver en la televisión, una consecuencia lógica es apagar el televisor. Utilice estos estilos de respuesta ante el comportamiento indeseable para gestionar la situación actual y ayudar a los niños a aprender qué es apropiado y qué no.

8. Tener conversaciones

Los niños y adolescentes se enfrentan a muchas dificultades en el mundo actual, como el miedo a crecer, el acoso escolar, la ansiedad por el buen rendimiento escolar, la exposición a las drogas y el alcohol, y las aplicaciones de citas en línea. Una buena relación entre padres e hijos es una de las mejores maneras de criar niños resilientes.

Décadas de investigación han demostrado que una crianza excesivamente permisiva puede conducir a problemas de conducta en los niños a largo plazo.

Si los padres no hablan con sus hijos y adolescentes sobre estos temas, los jóvenes recurrirán a sus amigos o a internet para informarse. Existe mucha desinformación, parte de ella peligrosa, y los padres deberían ser una fuente de apoyo e información precisa.

Consejos:

  • Tenga conversaciones regulares con sus hijos sobre asuntos grandes y pequeños.
  • Mantenga la calma y pregunte a los niños sus pensamientos e ideas durante las conversaciones para que puedan acudir a usted en busca de apoyo y consejos en el futuro.
  • Aproveche los viajes en auto, la hora de dormir y las comidas familiares para preguntarles a sus hijos cómo fue su día o invitarlos a compartir sus pensamientos sobre temas grandes y pequeños.

Dedicar tiempo a conversaciones significativas puede ayudar a desarrollar la resiliencia en tu hijo. Foto de Kindel Media en Pexels.

9. Apoyar las experiencias protectoras y compensatorias ( PACEs )

Estudios de todo el mundo sobre niños que experimentaron adversidades y, a pesar de ello, prosperaron, señalan actividades y experiencias específicas que les ayudaron a desarrollar resiliencia. Inspirados por esta investigación, elaboramos una lista de 10 experiencias protectoras y compensatorias (o PACE) como antídoto contra las ACE (véase nuestro blog anterior).

Tener relaciones afectivas (con sus padres, otros adultos y familiares, compañeros y grupos sociales) es esencial, pero los niños también necesitan oportunidades para ser físicamente activos, disfrutar de un pasatiempo o desarrollar habilidades especiales y tener los recursos necesarios para aprender o ir a una buena escuela.

Consejos:

  • Ayude a los niños a construir y mantener relaciones saludables con sus familiares, compañeros y otros adultos.
  • Apoye la participación de los niños en las actividades escolares y extracurriculares. A veces, puede que se pregunte por qué los lleva a tantas actividades. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que estas experiencias fomentan la resiliencia y desarrollan la autoestima y las habilidades necesarias para el éxito a medida que los niños crecen y se convierten en adultos.

10. Adapte su crianza a medida que los niños crecen

A medida que los niños crecen y ocupan diferentes etapas de desarrollo, la crianza y sus componentes (p. ej., fomentar la resiliencia e identificar las mejores prácticas) cambian. Los padres se enfrentan tanto a desafíos como a oportunidades a lo largo del camino.

Como un viaje por carretera, la crianza de los hijos tiene altibajos, obstáculos y puentes. En nuestro libro, ofrecemos una guía para padres, con diferentes opciones para fomentar la resiliencia en sus hijos, ser conductores seguros y, finalmente, entregar el volante.

Consejos:

  • Preste atención a su hijo en el momento y esté preparado para hacer ajustes si una estrategia anterior ya no parece funcionar bien.
  • Tenga en cuenta las capacidades y necesidades cambiantes de los niños e intente darles más control y responsabilidad en situaciones donde tengan más probabilidades de éxito y no haya demasiado en juego. Vaya aumentando gradualmente hasta cederles el control en situaciones más complejas.
  • Si surgen problemas, considere maneras de aumentar el apoyo sin castigos. Usted y su hijo están afrontando juntos los cambios y pueden adaptarse como equipo.

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